viernes, 24 de agosto de 2012

Matera, un escenario de película



La grata impresión de Matera sólo es apreciable al realizar su andadura entre casas engullidas por las rocas, iglesias rupestres con sus respectivos frescos y cientos de grutas. Sobre los techos de algunas de las viviendas brotan las chimeneas o surgen cisternas en los sitios más inesperados.

La impactante ciudad cautiva tanto durante el día como por la noche, sobretodo si uno se adentra, entre muchos de sus accesos, desde la plaza central de Vittorio Beneto, rodeada por completo de edificios históricos. Allí, junto a las cisternas, asoma una baranda desde la cual se contempla una auténtica postal de la villa. Una vez que se toma conciencia de la distribución y te adentras por sus entreveradas calles, vas descubriendo aquí y allá un verdadero centro troglodita inundado de misterio.


La composición de sus fachadas, sus casas y sus vericuetos, todo en ella sorprende nada más llegar y provoca una extraña sensación al que acude a ella.


La mejor manera de conocerla es caminando, ya que gran parte de la ciudad es peatonal. Subir y bajar entre callejuelas, iglesias, los “sassi”, turistas y los pocos habitantes que aún quedan.

Matera surge sobre la Gravina de Matera -afluente del Bradano-, a 200 m. de altitud, y se extiende en una ladera del barranco, donde creció en altura, en medio de una meseta seca y despoblada.

Estas casas, que bien podríamos llamar cavernas, se superponen unas a otras y algunas empiezan donde terminan los tejados de otras.

El casco antiguo y sus “Sassi” -como se denominan los cientos de casas excavadas en la roca caliza-, junto a las iglesias rupestres, han configurado su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.

Es a la vez ciudad y municipio, capital de la provincia que lleva su nombre. Pertenece a la región de Basilicata, ubicada al sur de Italia.

Su economía se basa en la agricultura y a partir de los años 90 también a la producción de tapicería.


Un poco de historia.-

Se cree que los “Sassi” -su significado es “piedra”-, son uno de los primeros asentamientos humanos prehistóricos que se produjeron en la península itálica habitados desde el Paleolítico y están excavados en la propia roca, característica de la región de Basilicata y de Apulia.

Los primeros pobladores construyeron cisternas y sistemas de canales de agua pues era difícil proporcionar agua a sus habitantes, así en todos los Sassi se pueden observar cisternas para recoger agua.

Es probable, aunque no se tiene la certeza, de que la ciudad fuera fundada por los romanos en el siglo III a. C., con el nombre de Metheola, en honor al cónsul Lucio Cecilio Metelo.

Sufrió todo tipo de conquistas: griegos, romanos, lombardos, sarracenos, bizantinos, normandos, turcos, aragoneses, franceses y alemanes. Fueron los primeros italianos que se sublevaron contra la Wehrmacht nazi en 1943.



“Matera es el único lugar del mundo donde la gente puede presumir de estar viviendo aún en las mismas casas que sus antepasados de hace 9.000 años”.

Hasta los años 50 unas 25.000 personas seguían viviendo en los “Sassi” en unas condiciones de ínfima habitabilidad con sus animales, pues las únicas propiedades de estos hombres eran los aparejos para trabajar el campo y sus animales domésticos que convivían con ellos en las cuevas.

Por todo esto el gobierno italiano obligó a su desalojo por la fuerza y a cambio proporcionó a sus habitantes una vivienda nueva en la ciudad moderna. No obstante de la prohibición, muchos de ellos siguieron viviendo en estas casa-cuevas.

Este canje fue beneficioso para el Estado pues le situó en propietario de más del 90% de la ciudad vieja y sólo aquellos materianos con mayor poder adquisitivo pudieron mantener su patrimonio dentro de los “Sassi”.

En la actualidad nadie vive en la ciudad vieja de Matera, a excepción de hoteles perfectamente adaptados y pequeños negocios. Así, la ciudad se proyecta hacia el turismo con ayuda de la Unión Europea, del gobierno italiano, de la Unesco.

El ambiente de Matera y sus alrededores bien podría semejarse a la antigua Jerusalén, por este motivo ha atraído a los directores de cine como escenario de famosas películas bíblicas como: “El Evangelio” según San Mateo, de Pasolini en1964, “La Pasión de Cristo”, de Mel Gibson en 2004, o “La profecía”, de John Moore en 2006, entre otras.


Las Iglesias rupestres y Monasterios

Tanto dentro de Matera como en el barranco, se concentran gran cantidad de monasterios y alrededor de 150 iglesias de pequeño tamaño excavadas en las paredes de la montaña o en la roca. Fueron fundadas entre los siglos VIII al XII por monjes bizantinos procedentes de Asia Menor.

Muchas de ellas son iglesias rupestres de estructura muy sencilla,  con un único altar y algún fresco. Otras, sin embargo, se componen en un complejo entramado de cavernas, con tres naves, paredes repletas de frescos y amplias cámaras subterráneas, usadas probablemente para la meditación de monjes y cenobitas.

En el punto más alto del centro de la ciudad, en la colina de la Civitas se eleva la Catedral, “El Duomo”. Se fecha en el siglo XIII y está dedicada a Sta. Maria Della Bruna. Esta basílica se construyó en estilo románico apuliano, y en su interior cuenta con valiosas muestras de barroco. Además, posee un campanario de 52 metros.

Del mismo siglo es la iglesia de San Giovanni Battista construida en estilo románico o la de San Francesco d'Assisi.

En la plaza San Pietro Caveoso, se puede visitar el monte Errone donde se encuentra una de las iglesias rupestres más bellas de Matera: Santa María de Idris, cuya principal característica es su magnífica ubicación en la garganta de la Gravina. Está completamente tallada en piedra caliza, excepto la fachada, con frescos de los siglos XIV, XV, XVI.