Artista vocacional, Carolina Díaz, ha indagado en los misterios de la forma y del color desde su infancia.
Nacida en Madrid, esta pintora estudió en la Facultad de Bellas Artes. Su trayectoria artística siempre ha estado ligada al mundo de la pintura, y así, cuenta con varios premios y exposiciones -tanto individuales como colectivas- y en los últimos tiempos ha basado su producción artística en el mundo infantil.
La ilustración en los cuentos para los más pequeños tiene la misma importancia o más que una buena historia y así nos lo demuestra Carolina Díaz en su primer trabajo: "¿Dónde está Babia?", que firmará en la Feria del libro en el Parque del Retiro, este viernes 8 de junio de 18 h a 21 h en la editorial Thule -caseta 160-, junto a la escritora Eva Manzano y el domingo 10 de Junio de 12h a 14h en la librería Kirikú -caseta nº 69-
¿Dónde está Babia? Pretende acercar al lector, niño o adulto, a ese mundo que todos conocemos y que es el de la imaginación, tan importante para poder contar historias y para realizar nuestros sueños.
Este concepto de “Babia”, toma forma a través del texto y de los dibujos e irradia la capacidad de formar parte de nuestra vida y experiencia siempre que sigamos teniendo esa asombrosa capacidad que es la de imaginar. Podríamos decir que es como la meditación, estar en Babia es un estado de observación de la realidad mediante los sentidos, una forma de observar con los ojos del corazón.
Nacida en Madrid, esta pintora estudió en la Facultad de Bellas Artes. Su trayectoria artística siempre ha estado ligada al mundo de la pintura, y así, cuenta con varios premios y exposiciones -tanto individuales como colectivas- y en los últimos tiempos ha basado su producción artística en el mundo infantil.
La ilustración en los cuentos para los más pequeños tiene la misma importancia o más que una buena historia y así nos lo demuestra Carolina Díaz en su primer trabajo: "¿Dónde está Babia?", que firmará en la Feria del libro en el Parque del Retiro, este viernes 8 de junio de 18 h a 21 h en la editorial Thule -caseta 160-, junto a la escritora Eva Manzano y el domingo 10 de Junio de 12h a 14h en la librería Kirikú -caseta nº 69-
¿Dónde está Babia? Pretende acercar al lector, niño o adulto, a ese mundo que todos conocemos y que es el de la imaginación, tan importante para poder contar historias y para realizar nuestros sueños.
Este concepto de “Babia”, toma forma a través del texto y de los dibujos e irradia la capacidad de formar parte de nuestra vida y experiencia siempre que sigamos teniendo esa asombrosa capacidad que es la de imaginar. Podríamos decir que es como la meditación, estar en Babia es un estado de observación de la realidad mediante los sentidos, una forma de observar con los ojos del corazón.
M.P. No sé si he descrito bien el mensaje del cuento, Carolina o quieres añadir algo más.
La autora pretendía con este libro devolver a los niños la capacidad de imaginar que hoy en día es tan difícil de mantener en esta sociedad tan centrada en la competitividad y la ausencia de creatividad. Ha querido recrear un mundo donde persistan las ideas y las imágenes de nuestro subconsciente y donde haya cabida a nuestros sueños.
M.P. ¿Cómo surge la idea de esta historia?
El texto es una idea original de Eva Manzano, la autora de “Recetas de lluvia y azúcar”, libro de gran éxito y que ya está a la venta su 5ª edición.
Cuando me pasó el texto me introdujo en un mundo de sensaciones a través de la contemplación de ciertos objetos como las llamas del fuego, el agua, las motas de polvo suspendidas en el aire. En un principio pensé que era un texto difícil para poder transmitir todos estos efectos.
Recordé las impresiones que experimenté en mi infancia e intenté plasmarlas en el papel intentando conseguir un estado atmosférico donde pudiera perderme en el pensamiento abstracto conseguido a través de dar determinadas formas y colores. Y, el resultado está ahí, en el cuento.
M.P. Tu trayectoria como pintora ha desembocado recientemente en esta faceta que es la ilustración, ¿Cómo has llegado a este punto?
Al ser madre descubrí un grandísimo nuevo mundo de imágenes en la ilustración que me apasionó, además de ser una amante de los cuentos. Hace dos años me apunté a un taller en Valladolid con la gran ilustradora Kveta Pacovska con quien descubrí que el álbum ilustrado es el primer museo de arte para los niños.
También considero la necesidad de enseñar a los padres que los niños son capaces de desarrollar la creatividad a través del arte y de entender, como hacía Leonardo con sus discípulos, que es posible encontrar formas en las nubes o ver en qué se puede convertir un palo, etc. Y de ahí empezó mi nueva faceta en este campo.
Mi obra pictórica tenía un componente muy narrativo y simbólico y se adecuaba a este nuevo mensaje. La ilustración desde un punto de vista más humilde es capaz de llegar a más gente y un medio de comunicar y compartir sensaciones e ideas, a diferencia de la pintura que se ha convertido en un bien de consumo privado o en el mejor de los casos museístico.
M.P. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Mi proyecto más inmediato es, junto a Eva Manzano, un álbum infantil titulado: “Enséñame a pensar” que muestra cómo conformamos nuestro pensamiento y que se publicará el año que viene.
A raíz de estos dos cuentos me han surgido nuevas propuestas de trabajo que intentaré plasmar y concretar en breve, una de ellas con una periodista y otra con una historiadora.
Y así nos despedimos de Carolina en su estudio, donde bajo recortables de estridentes colores y sutiles formas esparcidos por todo el espacio, sin dejar un hueco que nos permita pisar el suelo, nos recrea su mundo de creatividad tan complejo y a la vez tan cercano, como es ella.
La autora pretendía con este libro devolver a los niños la capacidad de imaginar que hoy en día es tan difícil de mantener en esta sociedad tan centrada en la competitividad y la ausencia de creatividad. Ha querido recrear un mundo donde persistan las ideas y las imágenes de nuestro subconsciente y donde haya cabida a nuestros sueños.
M.P. ¿Cómo surge la idea de esta historia?
El texto es una idea original de Eva Manzano, la autora de “Recetas de lluvia y azúcar”, libro de gran éxito y que ya está a la venta su 5ª edición.
Cuando me pasó el texto me introdujo en un mundo de sensaciones a través de la contemplación de ciertos objetos como las llamas del fuego, el agua, las motas de polvo suspendidas en el aire. En un principio pensé que era un texto difícil para poder transmitir todos estos efectos.
Recordé las impresiones que experimenté en mi infancia e intenté plasmarlas en el papel intentando conseguir un estado atmosférico donde pudiera perderme en el pensamiento abstracto conseguido a través de dar determinadas formas y colores. Y, el resultado está ahí, en el cuento.
M.P. Tu trayectoria como pintora ha desembocado recientemente en esta faceta que es la ilustración, ¿Cómo has llegado a este punto?
Al ser madre descubrí un grandísimo nuevo mundo de imágenes en la ilustración que me apasionó, además de ser una amante de los cuentos. Hace dos años me apunté a un taller en Valladolid con la gran ilustradora Kveta Pacovska con quien descubrí que el álbum ilustrado es el primer museo de arte para los niños.
También considero la necesidad de enseñar a los padres que los niños son capaces de desarrollar la creatividad a través del arte y de entender, como hacía Leonardo con sus discípulos, que es posible encontrar formas en las nubes o ver en qué se puede convertir un palo, etc. Y de ahí empezó mi nueva faceta en este campo.
Mi obra pictórica tenía un componente muy narrativo y simbólico y se adecuaba a este nuevo mensaje. La ilustración desde un punto de vista más humilde es capaz de llegar a más gente y un medio de comunicar y compartir sensaciones e ideas, a diferencia de la pintura que se ha convertido en un bien de consumo privado o en el mejor de los casos museístico.
M.P. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Mi proyecto más inmediato es, junto a Eva Manzano, un álbum infantil titulado: “Enséñame a pensar” que muestra cómo conformamos nuestro pensamiento y que se publicará el año que viene.
A raíz de estos dos cuentos me han surgido nuevas propuestas de trabajo que intentaré plasmar y concretar en breve, una de ellas con una periodista y otra con una historiadora.
Y así nos despedimos de Carolina en su estudio, donde bajo recortables de estridentes colores y sutiles formas esparcidos por todo el espacio, sin dejar un hueco que nos permita pisar el suelo, nos recrea su mundo de creatividad tan complejo y a la vez tan cercano, como es ella.
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